En Dios estás en tu hogar, soñando con el exilio, pero siendo perfectamente capaz de despertar a la realidad. ¿Deseas realmente hacerlo? T-10.I.2:1-2  ¿Qué pasaría si reconocieras que este mundo es tan sólo una alucinación? ¿O si realmente entendieras que fuiste tú quien lo inventó? T-20.VIII.7:3-4 Un tema común en la literatura es la historia de un hombre o una mujer joven que se pierde en alguna aventura mundana y luego debe encontrar el camino a casa o, como es el caso de Pilgrims Progress de John Bunyan de 1668, el protagonista Christian busca el cielo. Podemos estar buscando su hogar terrenal como en Alicia en el País de las Maravillas, o Dorothy en el Mago de Oz. ¿Dónde está Christian, dónde está Alicia, dónde está Dorothy? Todos están durmiendo. La Biblia dice que un profundo sueño cayó sobre Adán, pero no hace referencia a su (nuestro) despertar. Has elegido un sueño en el que has tenido pesadillas, pero el sueño no es real y Dios te exhorta a despertar.

La edición del propio Jayem de este primer libro de La vía de la maestría, que se titula La Vía del Corazón, contiene unas Sugerencias de Jeshua para el “estudio” –que se pueden encontrar al inicio del texto, 12 lecciones a trabajar una al mes, como se sugiere.

Algunas lecciones también contienen una sección de preguntas y respuestas.

Es un libro maravilloso en que Jesús a través de Jayem, canaliza unas ideas amorosamente sencillas para llevar a la practica diaria.

Esta es una traducción de esa edición de Jayem, de las palabras que este recibió en comunión con Jeshua.

LECCIONES 361-365 Te entrego este instante santo.  Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará la paz. 1. Y si necesito una palabra de aliento, Él me la dará. 2Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. 3Y

LECCIÓN 244 No estoy en peligro en ningún lugar del mundo. 1. Tu Hijo está a salvo dondequiera que se encuentre porque Tú estás allí con él. 2Sólo con que invoque Tu Nombre recordará su seguridad y Tu Amor, pues éstos son uno. 3¿Cómo puede

LECCIÓN 196 No es sino a mí mismo a quien crucifico. 1. Cuando realmente hayas entendido esto, y lo mantengas firmemente en tu conciencia, ya no intentarás hacerte daño ni hacer de tu cuerpo un esclavo de la venganza. 2No te atacarás a