Llévalo más profundo

No es que yo sea muy inteligente. Pero me quedo con las preguntas mucho más tiempo.

Albert Einstein (1879-1955)

Manteniendo el Curso
Una de las cosas que Ken Wapnick me dijo más de una vez fue: «Llévalo Más Profundo». Un día, escuché a Diane Brooke Gusick decir que Ken le dijo que «lo llevara más profundo». No pude evitar pensar que si nos dijo eso a Diane y a mí, debió haberlo dicho a otros estudiantes. El Curso es MUY profundo, y es también por esta razón que es tan maravilloso, ya que va mas allá de todas las leyes, costumbres, reglas y regulaciones creadas por el hombre y va directamente a la verdad, la cual se encuentra sin mancha alguna por un ego temeroso..

Le pregunté a Ken por qué creía que recibimos el Curso en el último cuarto del siglo XX, dijo que no lo sabía con seguridad, pero que había una cosa de la que estaba seguro. No podría haber sucedido antes de que Freud, Jung y los otros psicólogos profundos dejaran claro que están sucediendo muchas más cosas de las que vemos en la superficie y en nuestros sueños del mundo. El Curso aporta la ciencia y la sabiduría de la psicología profunda moderna a la teología, algo que la rigidez de la teología contemporánea ha necesitado durante mucho tiempo. Cuanto más profundizamos, más nos sumergimos, más se revela el tesoro de la verdad.
Cuanto más profundizamos, más conexiones vemos. Eso es lo que hace la ciencia. Sigue profundizando y haciendo descubrimientos que conducen a desarrollos tecnológicos que mejoran radicalmente nuestras vidas. El Curso nos pide que hagamos lo mismo con nuestra vida psicoespiritual. Más que estudiar el Curso, se trata de hacer lo que Jesús nos pide que hagamos: llevar una vida confiada, honesta, generosa y llena de perdón. De esta manera hacemos realidad las palabras de Jesús.

Comenzamos confiando en que hay un Dios, que Dios es Amor y que el Amor abarca el Universo. No es una  cosa limitada a los confines de un cuerpo en el espacio y el tiempo, sino algo mucho más que eso. Jesús va a la cruz para mostrarnos que el Espíritu no está limitado de ninguna manera a los confines de un cuerpo. Hace poco vi un artículo sobre personas que temerosamente están haciendo grandes gastos para cavar refugios subterráneos ante un posible ataque nuclear. Supongamos que eso sucediera, qué vida tan miserable sería. Entonces tendríamos, efectivamente, el infierno en la tierra.

No sé con qué se libraría una tercera guerra mundial.
Pero contra un cuarto se lucharía con palos y piedras.

Albert Einstein

Mientras los temerosos cavan agujeros para esconderse, ahora también hay una creciente conciencia amorosa tan palpable y profunda que puedes sentirla. Si gana el miedo, la humanidad empezará de nuevo. Esta vez creo que el amor prevalecerá. Creo en el Cielo y creo que el Cielo está aquí y ahora. El infierno es, dice el Curso, sólo una creencia que nos impide comprender el presente (T-15.I.7:3). El presente es donde está el amor. El amor está aquí y ahora, pero debo mostrar su presencia para conocerlo. Así nos lo dice Jesús de los Evangelios y del Curso. Para tenerlo todo, dalo todo a todos. Si deseo que el amor llegue a mí, “Yo” debo ser quien inicie la acción.

 

Tú que podrías estar dando el Amor de Dios a todo
lo que ves, a todo lo que tocas y a todo lo que recuerdas,
estás literalmente negándote el Cielo a ti mismo.

(UCDM, T-7.XI.3:11)

Para completar un título, debes hacer todo hasta el final. Si deseas perder peso, debes seguir constantemente un plan que funcione para ti. Si vas a disfrutar de los beneficios del ejercicio, debes hacer ejercicio. Para conocer el Curso, uno debe hacer el Curso. El programa está diseñado con mucho cuidado, incluso de forma sistemática. Leo el Curso y pienso “Jesús es una especie de genio” en este proceso que nos ha dado. Lo único que debemos hacer es hacer lo que él nos pide y, si lo hacemos, escucharemos su voz aún mejor.
¿Qué puede asustarnos cuando dejamos que todas las cosas sean exactamente como son? Nunca olvidéis que quien gobierna la vida es el Padre del Amor. Sigue cavando; más que cavar, sigue exponiendo el Amor de Cristo en tu corazón.

Pues subyacente a los cimientos del ego,
y mucho más fuerte de lo que éste pueda ser jamás,
se encuentra tu intenso y ardiente amor por Dios y el Suyo por ti.

(UCDM, T-13.III.2:8)
Di conmigo,

Estoy determinado a ver las cosas de otra manera.

Amorosamente, Jon

Traducido por: Verónica Mejía Barney

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