Experimentando Milagros
Parte 1:
[Nota: Trato de mantener estas epístolas del domingo por la mañana en menos de 850 palabras. Es más fácil de digerir de esa manera. La epístola de esta semana consta de dos partes, así que permanezcan atentos la próxima semana, si pueden, para obtener más información sobre la aplicación del mensaje de esta semana.]
Los milagros desvanecen las ilusiones que albergas
acerca de ti mismo y perciben la luz en ti.
De esta forma, al liberarte de tus pesadillas, expían tus errores.
Al liberar a tu mente de la prisión de tus ilusiones
restauran la cordura en ti. (UCDM, T-1.I.33:1-4)
Principio No. 33 de los 50 Principios de los Milagros
La curación ofrecerá restitución para los estados imaginarios
e ideas falsas que los sueños han ido tejiendo como imágenes de la verdad
W-137.5:3
Los milagros surgen cuando soltamos nuestras ilusiones.
La palabra Ilusión, o ilusiones, aparece 556 veces en el Curso. Tres veces más que la palabra ego. ¡Eso es mucho! Recuerda, la pregunta principal del Curso es ¿qué voz prefieres escuchar como guía en la vida: el Espíritu Santo o el ego? ¿Cuál crees que te hará feliz? Una voz, la del ego, es totalmente ilusoria y busca crear su único mundo de fantasía.
Los milagros son restauradores ya que devuelven nuestras mentes divididas a su estado original como parte de la Mente de Dios. Luego, la expiación corrige o deshace los errores del ego, es decir, las ilusiones. No hay eternidad en ningún ego. Por tanto, no hay ego. La única forma en que podemos siquiera «pensar» que hemos dejado a Dios es en una fantasía y una fantasía nunca puede ser realidad.
Las fantasías son una forma distorsionada de visión.
Las fantasías de cualquier clase son distorsiones
ya que siempre tergiversan la percepción hasta convertirla en algo irreal.
Las fantasías son un intento de controlar la realidad
de acuerdo con necesidades falsas.
Las fantasías son un medio para hacer asociaciones falsas
y tratar de derivar placer de ellas
T-1.VII.3:1-2,4&6.
El Manual de los Maestros del Curso describe diez características de un maestro de Dios. Hay un orden en estas características y una razón por la cual la uno es la primera y diez es la décima. La número uno, la Confianza dice Jesús es el fundamento sobre el cual descansan Todas las demás características de los maestros de Dios. Así mismo, dice de la característica número diez que: La mentalidad abierta es quizás el último de los atributos que desarrolla un maestro de Dios.
La confianza nos llama a depositar nuestra fe en la sabia guía que proviene del Espíritu y a decir «no, gracias» a las historias del ego, sin importar cuán «atractivas» o seductoras puedan ser estas «historias». Hay seis etapas en el desarrollo de la Confianza. Cada una de las tres primeras etapas implica alguna forma de purificación y eliminación de ilusiones o errores de nuestra mente. Ellas son:
- Un periodo de des-haciemiento.
- Un periodo de selección.
- Un periodo de renuncia.
Esta limpieza o purificación disipa así las ilusiones del ego que bloquean la conciencia de la presencia del amor. Eliminamos los bloqueos al reconocerlos por lo que son y verlos como inhibidores del crecimiento espiritual. Tomemos, por ejemplo, “ilusiones” o “bloqueos” a la conciencia de la presencia del amor que podrían estar disponibles para cualquiera. Después de todo, ¿cómo puedes eliminar un bloqueo a la conciencia de la presencia del amor si no tienes claro cuál es el bloqueo?
Si somos honestos con nosotros mismos, podemos identificar nuestros bloqueos y así dejarlos a un lado. Tomemos dos bloqueos similares, que son fáciles de identificar como inhibidores de nuestro crecimiento personal y espiritual — la ira y el comer en exceso.
La ira “nunca” está justificada. El ataque “no” tiene fundamento.
T-30.VI.1:1-2
Aquí hay dos «elecciones» que hacemos que debilitan nuestro bienestar, es decir, cada una de ellas sirve como «bloqueos a la conciencia de la presencia del amor». Cada una de ellas son «decisiones» que, aunque «parecen» ser inconscientes, se pueden tomar conscientemente, es decir, podemos tener control total sobre estas elecciones si así lo decidimos. Hay un viejo dicho,
La ira hace más daño al recipiente en el que se almacena
que a aquel en el que se vierte.
Nos lastimamos cuando nos enojamos y cuando comemos demasiado. En ambos casos, a nivel del ego, debemos sentir que estamos ganando algo a través de nuestro ataque o de comer en exceso. Conozco a alguien dado a lo que él llama sus “crisis”. Cada vez que tiene una de sus explosiones de ira, dice: “Me odio a mí mismo cuando hago eso”. ¿Por qué querría alguien hacer algo que le haga odiarse a sí mismo? Lo que se necesita aquí es una conciencia más consciente. Recuerda, este es un curso de entrenamiento mental. T-1.VII.4:1 Lo que necesitamos, dice el Curso, es una visión más perfecta mientras nuestra visión esté borrosa por las necesidades, fantasías e ilusiones del ego que no podemos ver con claridad.
Visión Perfecta
Es posible, dice Jesús, alcanzar la Visión Perfecta, lo que significa vernos a nosotros mismos, al mundo y a los demás como Dios nos ve. La Visión Perfecta nos permite ver las distracciones e ilusiones del mundo tal como son sin dejarnos seducir por ellas. Un amigo cuenta la historia de que quería un auto deportivo caro que no podía pagar. Finalmente ahorró suficiente dinero para el pago inicial y pidió un préstamo de $700 por mes durante 5 años para comprar el auto. Su sueño se había hecho realidad. Y luego dijo, mientras salía del concesionario calle abajo, y pensó: “¿Qué he hecho? Simplemente me cargué con pagos de $700 por mes durante los próximos cinco años”.
El viaje a Dios es simplemente el redespertar del conocimiento
de donde estás siempre y de lo que eres eternamente.
Es un viaje sin distancia hacia una meta que nunca ha cambiado.
T-8.VI.9:6-7
El viaje a casa con Dios es un viaje sin distancia porque nunca dejamos a Dios. Sólo podemos fantasear con abandonar el Hogar. Marcharse por nuestra cuenta es sólo quedar atrapado en un sueño. Podemos hacer esto “temporalmente”. Pero al igual que mi amigo y el costoso auto deportivo, no será satisfactorio y bien puede resultar desalentador.
Amorosamente, Jon
Traducido por: Verónica Mejia Barney