La Llamada A lo ilimitado: Para la salvación del mundo
Este es el primer y básico texto que consta de ensayos con sus diversos temas, forman parte de la mayor conversión en la Mente Integra. Estamos viendo que las creencias y «realidades» humanas se transforman en un significado singular dado por la Mente despierta, en relación a las ideas planteadas en las comunidades científicas, las instituciones religiosas, foros de discusión filosófica, grupos de recuperación a las adicciones, organizaciones dedicadas a divulgar la salud y bienestar, círculos esotéricos, profetas del ‘fin del tiempo’ y grupos de estudio y discusión del Curso de Milagros.
Todos ellos tienen en común un interés por una solución real al problema de la condición humana, de la separación de su verdadera Fuente. La mayoría de estos buscadores están interesados en un cambio de mentalidad y una posible o necesaria experiencia que vaya más allá de los conceptos postulados, una Experiencia de unicidad de la Mente, Dios. Los Capítulos están ordenados en la comprensión de transformar la conciencia humana, comenzando por Nuestro Conocimiento Común que ya está dentro de nosotros, interesándonos en La Alternativa Ofrecida, tomando La Decisión por una Nueva Experiencia, reconociendo Un Necesario Cambio Mental y expresando que Somos Compartiendo Una Solución. Se nos está presentando un plan – como “El Camino de Regreso a Casa” y la restauración del Conocimiento – recuperado dentro de una memoria que nunca se ha perdido, o que ha sido nuevamente descargada por “EL” en la mente de la especie humana en su evolución natural y progresiva hacia su iluminación y extensión de la Mente Creativa tal como es entendida en un sentido original de Pensar sin la necesidad de existencia – Siendo el Pensamiento antes que el tiempo fuera y después que el tiempo acabó.
Introducción: Al Final de Nuestra Jornada
Estamos tan cerca del final de nuestra jornada que no hay palabras para explicar y expresar su verdad. Podemos ver cómo viejos amigos y asociaciones espirituales del pasado ancestral están regresando al continuo para completar su ciclo y unirse a tu Despertar. Ves en ellos tu propia Luz y es ésta la mayor evidencia de haber llegado realmente al final de la línea del tiempo. Estás reconociendo y viendo, literalmente pensando, tu propia Mente despierta, la Luz que buscaste por tanto tiempo, persiguiendo innumerables ídolos que no podían hacerlo por ti. No podían (y todavía no pueden) hacerlo por ti, porque tú eres el Uno. Eres el único aquí, y eres el único que se está despertando, quien va a Casa de su Padre en el Cielo, aquí y ahora.
¡Qué afortunado eres que puedes decir que tienes a Jesús en tu mente, que puedes escuchar la Voz del Espíritu Santo, la Voz de Dios y el Pensamiento de Dios Mismo! Eres afortunado porque finalmente das tu propio testimonio de lo mucho que eres amado por todos. Tuviste y tienes un reflejo perfecto a tu lado, detrás y delante de ti, y más importante, tienes el tuyo, y es en este preciso momento que reconocemos como una Mente Singular que la Voluntad de Dios para nosotros es la única Voluntad que existe. Traemos una memoria completa de esta Experiencia del despertar de fuera del tiempo, desde el Cielo, que nos permite reconocer que nadie tiene ninguna existencia en el tiempo, y nunca la tuvo. Esta Experiencia abre allí mismo todas las posibilidades a la Realidad, para extender y dar la Luz, tal como La hemos recibido.
Qué más puedo decirte acerca de la realidad de ÉL en mi mente, lo mucho que llena mi consciencia desde el comienzo del tiempo. Y lo único que se requería era una pequeña dosis de buena voluntad para dejar ir mis ideas, conceptos e identidades auto-fabricadas, y pedir que se me mostrara y se me guiara para hacer una elección por Dios y el Espíritu Santo. ÉL es lo único real en ti. Todo lo demás lo inventaste para quedarte aquí y tener otra ronda de muerte. Es suficiente ahora, amigo. Nos vamos a Casa, no en otro momento, sino AHORA. Ya no esperamos por la llegada de alguien, en cambio, celebramos la aceptación y el pleno reconocimiento de que ÉL está aquí, en ti y en mí, como Uno, como una Creación, un Ser, unido por siempre y para siempre con nuestra Fuente, nuestro Padre en el Cielo.
Si todavía tienes alguna duda sobre tu regreso a tu Hogar, lee por favor las siguientes palabras y déjate arrastrar por la Luz, la Gracia y la Claridad de la verdad expresada en Un Curso de Milagros. De todos modos ya no estas aquí – ¿Qué puedes perder?
Él confía en ti. Él vino porque sabía que no fallarías. Él te habla incesantemente de Su Hogar con suaves murmullos. Porque Él te llevaría Consigo de vuelta, para Él Mismo poder quedarse, y no tener que regresar nuevamente adonde no pertenece, y donde vive como un paria en un mundo de pensamientos ajenos. Su paciencia no tiene límites. Él esperará hasta que escuches Su suave Voz dentro de ti, llamándote para que Lo dejes ir en paz, junto contigo, donde Él está en casa y tú junto a Él.
Cuando estés en silencio por un instante, cuando el mundo se aleje de ti, cuando las ideas sin valor dejen de tener valor en tu mente inquieta, escucharás Su Voz, con una llamada tan conmovedora que no resistirás más. En ese instante Él te llevará a Su Casa, y tú permanecerás con Él en perfecta quietud, en silencio y paz, más allá de todas las palabras, sin ser tocado por el temor ni la duda, sublimemente seguro de estar en Casa.
De la Lección 182 del Libro de Ejercicios de Un Curso de Milagros)
Estas son las instrucciones, y las directrices al mismo tiempo. Me encanta. Tu deseo de compartirlas nos va a unir. Hay un Lugar Santo preparado para ti que te ofrece un último ‘entrenamiento’ en una celebración muy dichosa de asociaciones de conciencia despiertas que se reúnen en alabanza a Dios, renunciando a su voluntad e identidad. Busca ese Lugar, la ‘Academia’, en tu mente, en la que nadie sabe de estudiantes, sino sólo de maestros, Maestros de Dios. Eres un Maestro de Dios de ‘empeño’ pleno ahora. Acepta esto y nos volveremos a ver… en un Instante Santo, la miniatura del Cielo aquí en la tierra.
Prólogo: Milagros Como Resultado del “9-11”
Una semana después que las Torres Gemelas (WTC – World Trade Center) colapsaran y se convirtieran en polvo, me fui con los hermanos al centro de Nueva York. Tratamos de acercarnos lo más que pudimos a la zona para tener un momento de oración y reconectar con la verdad de lo que ocurrió el 11 de septiembre de 2001. Había policías a todo alrededor encargados de permitir la entrada a la ‘Zona Cero’ (‘Ground Zero’) sólo a personas con permisos especiales. Ellos eran útiles y amables, pero con gran determinación de cumplir su tarea. Tratamos de llegar a una iglesia dentro de la zona del desastre, pero de alguna manera terminamos al lado de las barreras de la calle parados en la acera, en círculo, y allí oramos.
Estando en silencio por un instante y dispuesto a recibir la gracia de Dios, tuve una experiencia increíble. Por un momento sentí los espíritus de todos los ‘desaparecidos’ – aquellos que se encontraban en el edificio al momento del accidente, y que literalmente estaban vagando alrededor – entrando en mí, uniéndose conmigo como una sola Alma. Podía sentir el temor, la desesperación y la vulnerabilidad que estaba alrededor y no quería nada más que traer todo de vuelta a casa en mí. Me tomó sólo un momento reconocer que todo sucedió y está sucediendo sólo en mi propia mente, y que soy la causa de todo. No hay otra causa.
En primer lugar parecía haber una enorme nube de energía asociada en mi mente con la idea de la muerte. Los medios de comunicación habían informado de las muertes, la destrucción y de los afectados por esta pesadilla que creían haber perdido seres queridos y fueron testigos de ello. El mundo catalogó el evento como un ‘ataque contra Estados Unidos’, y parecía como si los ‘muertos’ hubiesen salido como héroes de guerra de este lugar de competencia, ataque continuo, defensa, sufrimiento y muerte. Esto nunca tuvo sentido para mí.
Tuve que estar dispuesto a desaparecer en esta energía. Esta energía que estaba alrededor de la ‘Zona Cero’ penetraba y vibraba en cada célula del cuerpo. Recordé que ninguno de estos informes eran realmente verdaderos. De hecho, recordé que mi propia experiencia de Dios fue y es una de vida, vida sin opuestos. Este ha sido y sigue siendo un gran momento para saber que no hay muerte, y que soy libre, al igual que todos conmigo.
Fue un milagro que re-configuró en mí el orden de percepción y colocó todos los niveles de ésta en una verdadera perspectiva. Mi percepción falsa de que alguien podría haber muerto fue corregida y simultáneamente me ofreció vida, Vida eterna.
Mi corazón estaba lleno de amor y gratitud y lo único que pude expresarle a mis hermanos en aquel momento fueron estas palabras: ¡“Dios, Padre, gracias, te amo tanto”! Levanté mis brazos hacia el cielo y recibí Su Luz, brillando en Su Hijo amado, en cada uno de mis hermanos y en mí. Todo lo que podemos compartir es Esta Luz. Y supe que en verdad nadie nunca ha muerto realmente, y nunca puede morir porque me experimenté como ‘muerto’ y reconocí ahí a mi ser totalmente vivo y despierto.
Todo lo que quiero hacer desde esta experiencia es dar lo que se me ha dado, estar en servicio para aquellos que aún creen estar en necesidad, siempre recordando que sólo hay un propósito singular el cual es compartir el Amor de Dios, y nada más. Estoy inmensamente agradecido de compartir este descubrimiento contigo. Tu disposición a recibir es igual que la mía para dar. Dios ha creado a Su Hijo – Quien soy yo y eres tú – a Su ‘imagen’ y semejanza. ÉL nos concede Vida eterna porque ÉL es la verdad y la Vida eterna.