LECCIÓN 208 No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó. 1. (188) La Paz de Dios refulge en mí ahora. 2Permaneceré muy quedo y dejaré que la tierra se aquiete junto conmigo. 3Y en esa quietud hallaremos la Paz

LECCIÓN 207 No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó. 1. (187) Bendigo al mundo porque me bendigo a mí mismo. 2La bendición de Dios irradia sobre mí desde dentro de mi cora- zón, donde Él mora. 3No necesito

LECCIÓN 206 No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó. 1. (186) De mí depende la salvación del mundo. 2Se me han confiado los dones de Dios porque soy Su Hijo. 3Y deseo otorgarlos allí donde Él dispuso que

LECCIÓN 205 No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó. 1. (185) Deseo la Paz de Dios. 2La Paz de Dios es lo único que quiero. 3La Paz de Dios es mi única meta, la mira de todo mi

LECCIÓN 204 No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó. 1. (184) El Nombre de Dios es mi herencia. 2El Nombre de Dios me recuerda que yo soy Su Hijo; que no soy esclavo del tiempo; que no

LECCIÓN 203 No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó. 1. (183) Invoco el Nombre de Dios y el Mío Propio. 2El Nombre de Dios es mi liberación de todo pensamiento de maldad y de pecado porque es mi

LECCIÓN 325 Todas las cosas que creo ver son reflejos de ideas. 1. Ésta es la clave de la salvación: lo que veo es el reflejo de un proceso mental que comienza con una idea de lo que quiero. 2A partir de ahí, la

LECCIÓN 324 No quiero ser guía.  Quiero ser simplemente un seguidor. 1. Padre, Tú eres Quien me dio el plan para mi salvación. 2Eres asimismo Quien determinó el camino que debo recorrer, el papel que debo desempeñar, así como cada paso en el sendero

LECCIÓN 323 Gustosamente "sacrifico" el miedo. 1. He aquí el único “sacrificio” que le pides a Tu Hijo bienamado: que abandone todo sufrimiento, toda sensación de pérdida y de tristeza, toda ansiedad y toda duda, y que deje que Tu Amor entre a

LECCIÓN 322 Tan solo puedo renunciar a lo que nunca fue real. 1. Lo único que sacrifico son las ilusiones, nada más. 2Y a medida que éstas desaparecen, descubro los dones que trataban de ocultar, los cuales me aguardan en jubilosa espera, listos para