La paz, la dicha y los milagros que otorgaré cuando
acepte la palabra de Dios son ilimitados. ¿Por qué no aceptarla hoy?
1.¿Por qué debo esperar, Padre mío, para recibir la dicha que me prometiste? 2Pues mantendrás la Palabra que le diste a Tu Hijo en el exilio. 3Estoy seguro de que mi tesoro me aguarda y de que sólo tengo que extender la mano para encontrarlo. 4Incluso ahora mismo mis dedos ya lo están tocando. 5Está muy cerca. 6No necesito esperar ni un instante más para estar en paz para siempre. 7Es a Ti a Quien elijo, y a mi Identidad junto Contigo. 8Tu Hijo quiere ser Quien Él es, y conocerte como su Padre, Su Creador y su Amor.