Ni mi ira ni mi temor tienen razón de ser, pues Tú me rodeas.
Y Tu gracia me basta para satisfacer cualquier necesidad que yo perciba.
1.Padre, que recuerde que Tú estás aquí y que no estoy solo, 2pues estoy rodeado de un Amor imperecedero. 3No hay razón para nada, excepto para la paz y dicha perfectas que comparto Contigo. 4¿Qué necesidad tengo de sentir ira o temor, 5cuando lo único que me rodea es la seguridad perfecta? 6¿Cómo puedo sentir miedo cuando la eterna promesa que me hiciste jamás se aparta de mí? 7Estoy rodeado de perfecta impecabilidad. 8¿Qué puedo temer, cuando la santidad en la que Tú me creaste es tan perfecta como la Tuya Propia?
2. La Gracia de Dios nos basta para hacer todo lo que Él quiere que hagamos. 2Y eso es lo único que elegimos como nuestra voluntad, que es también la Suya.